El aceite esencial de lavanda es uno de los más apreciados y versátiles de la aromaterapia. Desde la antigüedad, egipcios y romanos lo utilizaban para el baño, la relajación, la cocina y como perfume natural. Su aroma suave y floral es sinónimo de calma, pureza y equilibrio.

Reconocido por sus propiedades relajantes, ayuda a reducir el estrés, favorecer el descanso y aliviar la tensión mental. En la piel, la lavanda es un excelente regenerador natural que contribuye a calmar irritaciones, mejorar pequeñas imperfecciones y mantener una piel equilibrada y luminosa.

✨ Uso recomendado:

En difusores de bolitas cerámicas o placas aromáticas: añade 5 a 10 gotas para llenar el espacio con su aroma calmante y floral. No es necesario diluirlo.

En masaje o baño relajante: mezcla 2-3 gotas con una cucharada de aceite portador (como aceite de pepita de uva o coco fraccionado) antes de aplicar o añadir al agua templada.

En textiles: coloca unas gotas en la almohada, la ropa de cama o los pies antes de dormir para favorecer un descanso profundo.

En spray natural: combina 10 gotas con 100 ml de agua destilada en un pulverizador para perfumar el hogar, la ropa o el coche.

⚠️ Precauciones:
Uso externo. Evitar el contacto con ojos, mucosas y zonas sensibles. Mantener fuera del alcance de los niños. En caso de embarazo o tratamiento médico, consultar con un profesional antes de usarlo.

🌸 Un clásico imprescindible que aporta paz, serenidad y equilibrio a cuerpo y alma.